Cinco juegos para estimular a tu cachorro
A continuación te proponemos cinco juegos caseros para que tu cachorro desarrolle sus capacidades y sean más felices.
Los tres primeros meses del perro son fundamentales para sentar las bases de un correcto desarrollo cognitivo, emocional y social. Por ello, unos sencillos juegos con el cachorro ayudan a desarrollar su concentración, olfato, oído e inteligencia, además de fomentar la interacción con sus dueños y sus capacidadades sociales.
Para practicar el juego del escondite, además del perro, se necesitan otros dos participantes. La dinámica de esta actividad fomenta el desarrollo del oído, el olfato y la concentración del animal.
Una persona se esconde y otra se queda junto al perro y le marca de manera verbal las pautas que debe seguir: "busca a?", "encuéntrale", "¿dónde está?".
La persona escondida puede llamar al cachorro por su nombre para que acuda a buscarlo y, cuando el perro lo encuentra, lo premias con su juguete favorito.
Este juego es una sencilla actividad que potencia la capacidad olfativa del perro y su concentración. Consiste en esconder varios trozos de comida en diversos lugares de la casa debajo de objetos livianos, de manera que el perro lo pueda levantar con el hocico y obtener su premio.
Cuando tu cachorro aprende a sentarse o a dar la pata, desarrolla su capacidad de autocontrol.
Esta actividad consiste en pasear con el perro sujeto con la correa, de forma que cuando el dueño frene la marcha, el cachorro también deba parar, sin que le dé ninguna indicación verbal.
Los pies del dueño deben indicar al perro cuándo debe caminar o parar. De esta manera, además de la atención, se desarrolla la coordinación con su dueño durante el paseo.
La tristeza del perro por la ausencia de su dueño es un problema habitual entre los canes urbanos. Esta puede derivar en destrozos de mobiliario, e incluso, en síntomas físicos, como diarrea o vómitos.
Una manera de prevenir esta situación es jugar en la entrada de la vivienda. El juego consiste en abrir la puerta de casa y dar al cachorro la orden de "atrás" y "quieto" mientras que el dueño sale y cierra la puerta unas siete veces seguidas.
El objetivo de este ejercicio es lograr que el perro permanezca tranquilo cuando su dueño sale de casa, además de conseguir que el cachorro desarrolle su autocontrol.